El término inclusión está relacionado con la acción de incluir y ser inclusivos es la práctica de incluir a todas las personas en una comunidad o actividad determinada, lo que naturalmente conduce a ser parte de la diversidad.
En décadas recientes la inclusión ha cobrado un auge particular, especialmente en el terreno de lo social, lo educativo, lo laboral y lo financiero. La inclusión financiera es un ingrediente vital de la inclusión social, pues contribuye significativamente en la reducción de los indicadores de pobreza y de la informalidad económica de los países en desarrollo.
Conocer qué tanta inclusión financiera posee una nación cobra relevancia pues se determina a partir del acceso a esquemas de financiamiento que tienen las organizaciones, el nivel de educación y cultura financiera que tiene la población, así como el acceso que tienen a productos y servicios financieros.
“La inclusión financiera se refiere al acceso que tienen las personas y las empresas a diversos productos y servicios financieros útiles y asequibles que atienden sus necesidades —transacciones, pagos, ahorro, crédito y seguros— y que se prestan de manera responsable y sostenible”, de acuerdo al Banco Mundial y considera que “es un elemento facilitador clave para reducir la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida”.
Para la CEPAL, el término “inclusión financiera” se refiere a la provisión de acceso a servicios financieros a entidades que aún no lo tienen y al perfeccionamiento de la utilización del sistema financiero por parte de las que participan en el circuito financiero formal”.
Las instituciones financieras, así como las entidades reguladoras, trabajan en acercar a la población la información necesaria para fomentar el conocimiento en temas económicos y financieros, y así tome las mejores decisiones con respecto a sus recursos financieros personales. Todo ello se traduce en garantizar, por ejemplo, que todos puedan tener acceso a una cuenta bancaria, hacer pagos con tarjetas, solicitar préstamos o financiamiento, contar con asesorías y orientación financiera...
En México, el 65% de los adultos no tiene ningún tipo de cuenta bancaria y sólo 10% ahorra a través de una institución financiera; el 83% de los adultos no tiene acceso a sistemas electrónicos de pago, de acuerdo al Banco Mundial.
En el mundo 1,700 millones de personas no cuentan con acceso a servicios bancarios; en América Latina la cifra es de 200 millones.
11 objetivos esenciales de la inclusión financiera:
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1. Impulsar la conexión financiera de los usuarios activos y potenciales.
2. Promover la prosperidad financiera.
3. Lograr un mayor acceso a los productos y servicios financieros digitales que ofrecen las entidades financieras y las Fintech.
4. Permitir a las empresas acceder a nuevas oportunidades de crecimiento a través de la inversión en nuevas tecnologías y en capital humano.
5. Promover una mayor participación de la población en el sistema financiero al generar una base de depósitos sostenida.
6. Reducir la pobreza y la informalidad financiera.
7. Promover el desarrollo económico y social de las poblaciones de menores ingresos y más vulnerables para mejorar sus condiciones de vida.
8. Integrar a las Pymes y Mipymes en esquemas de financiamiento.
9. Garantizar el acceso a servicios financieros con instrumentos más eficientes, más confiables, más modernos y menos costosos.
10. Fomentar un sistema financiero más equitativo, transparente, desarrollado y competitivo.
11. Lograr que se cumplan los objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que busca reducir la pobreza y la desigualdad.
El parteaguas
La crisis mundial que provocó la pandemia a causa del COVID-19 trastocó prácticamente todos los ámbitos de la vida, algunos de forma muy negativa y otros resultaron más beneficiados, como el avance de la digitalización de servicios financieros.
Al vivir confinados, sin acceso a sucursales bancarias o cajeros, tanto la banca tradicional como las empresas Fintech se vieron obligadas a acelerar el acceso a soluciones financieras para los usuarios -establecidos y nuevos- y lo hicieron a través de plataformas digitales que pueden operarse desde la comodidad de un celular, tableta o computadora, de forma ágil, intuitiva, práctica y segura. Prácticamente aceleraron la reducción de la brecha de exclusión financiera.