La tecnología contactless, también conocida como sin contacto, opera a través de la comunicación de corto alcance utilizando ondas de radiofrecuencia (RFID) o tecnología NFC (Near Field Communication). Esta comunicación se establece entre dos dispositivos compatibles, como tarjetas de crédito o débito, teléfonos inteligentes y lectores adecuados.
Cuando un dispositivo contactless se acerca a un lector habilitado, se inicia una conexión inalámbrica entre ambos, permitiendo la transferencia segura de datos, como información de pago o identificación, a distancias muy cortas, generalmente entre 1 y 4 centímetros. La tecnología contactless ofrece una experiencia conveniente y rápida para transacciones financieras y de identificación, eliminando la necesidad de insertar tarjetas en terminales o realizar interacciones físicas directas, lo que contribuye a una mayor comodidad y seguridad para los usuarios. Aquí hay un resumen de cómo funciona:
La tecnología contactless presenta numerosas ventajas que mejoran significativamente la experiencia de usuario en transacciones cotidianas. Además de la comodidad y la rapidez, al eliminar la necesidad de insertar la tarjeta en un terminal, esta tecnología minimiza los riesgos de seguridad asociados con el skimming y otros fraudes relacionados con tarjetas.
Al no requerir contacto físico directo ni el intercambio de la tarjeta con terceros, se reduce la exposición a dispositivos fraudulentos que puedan capturar datos de manera no autorizada. Además, los protocolos de seguridad integrados en los sistemas contactless, como la encriptación de datos y la autenticación adicional, fortalecen la protección de la información financiera del usuario, lo que proporciona una capa adicional de seguridad en comparación con las tarjetas tradicionales. Esta combinación de conveniencia y seguridad hace que la tecnología contactless sea una opción cada vez más popular y confiable en el ámbito de los pagos y la identificación.