La tecnología contactless, también conocida como sin contacto, opera a través de la comunicación de corto alcance utilizando ondas de radiofrecuencia (RFID) o tecnología NFC (Near Field Communication). Esta comunicación se establece entre dos dispositivos compatibles, como tarjetas de crédito o débito, teléfonos inteligentes y lectores adecuados.
Cuando un dispositivo contactless se acerca a un lector habilitado, se inicia una conexión inalámbrica entre ambos, permitiendo la transferencia segura de datos, como información de pago o identificación, a distancias muy cortas, generalmente entre 1 y 4 centímetros. La tecnología contactless ofrece una experiencia conveniente y rápida para transacciones financieras y de identificación, eliminando la necesidad de insertar tarjetas en terminales o realizar interacciones físicas directas, lo que contribuye a una mayor comodidad y seguridad para los usuarios. Aquí hay un resumen de cómo funciona:
Transmisión de datos: Cuando un dispositivo contactless (como una tarjeta de pago o un teléfono inteligente) se acerca a un lector compatible, se establece una conexión inalámbrica entre ambos dispositivos. Esta conexión se basa en la tecnología de radiofrecuencia (RFID) o Near Field Communication (NFC), que permite la comunicación a distancias muy cortas, generalmente entre 1 y 4 centímetros. Ambos dispositivos activan sus antenas de radiofrecuencia para iniciar la transmisión de datos.
Comunicación sin contacto:Una vez que se establece la conexión, la información se transmite de forma segura entre el dispositivo y el lector a través de ondas de radiofrecuencia de corto alcance. Esta información puede incluir datos de pago, como el número de tarjeta y la cantidad a pagar, así como cualquier otra información necesaria para completar la transacción.
Autenticación: En el caso de transacciones financieras, se puede requerir una forma adicional de autenticación para confirmar la identidad del titular de la tarjeta y garantizar la seguridad de la transacción. Esto puede incluir la introducción de un código PIN en el terminal de pago o la verificación biométrica, como el escaneo de la huella dactilar o el reconocimiento facial en el dispositivo móvil.
Procesamiento de la transacción: Una vez que se completa la autenticación, la información de la transacción se envía al sistema del emisor de la tarjeta (por ejemplo, el banco o la red de pago) para su procesamiento. El emisor de la tarjeta verifica la validez de la transacción y determina si hay fondos suficientes disponibles para autorizarla. Si la transacción es aprobada, se envía una respuesta al lector, confirmando la autorización.
Confirmación: Finalmente, el usuario puede recibir una confirmación de la transacción, ya sea a través de un mensaje en el dispositivo utilizado para realizar el pago (como un teléfono inteligente), un recibo impreso proporcionado por el lector, o ambos. Esta confirmación incluye detalles como la cantidad pagada, la fecha y hora de la transacción, y cualquier otra información relevante.
La tecnología contactless presenta numerosas ventajas que mejoran significativamente la experiencia de usuario en transacciones cotidianas. Además de la comodidad y la rapidez, al eliminar la necesidad de insertar la tarjeta en un terminal, esta tecnología minimiza los riesgos de seguridad asociados con el skimming y otros fraudes relacionados con tarjetas.
Al no requerir contacto físico directo ni el intercambio de la tarjeta con terceros, se reduce la exposición a dispositivos fraudulentos que puedan capturar datos de manera no autorizada. Además, los protocolos de seguridad integrados en los sistemas contactless, como la encriptación de datos y la autenticación adicional, fortalecen la protección de la información financiera del usuario, lo que proporciona una capa adicional de seguridad en comparación con las tarjetas tradicionales. Esta combinación de conveniencia y seguridad hace que la tecnología contactless sea una opción cada vez más popular y confiable en el ámbito de los pagos y la identificación.